domingo, 6 de septiembre de 2015

ALCAÑIZ EN LA GRAN PANTALLA

¿Alcañiz en el “séptimo arte”?

Aragón ha salido en numerosas ocasiones en la gran pantalla pero sin embargo Alcañiz no ha tenido tanta suerte. Pocos son los directores que se han interesando por la localidad, ya que tan solo ha albergado el rodaje de dos películas, Torrepartida (1956) de Pedro Lazaga y Libertarias (1996) de Vicente Aranda.

Sin embargo Alcañiz aparece en otra película de mayor repercusión internacional y no como escenario. Se trata de la famosa y conocida película La ventana indiscreta de 1954 dirigida por el maestro del suspense, Alfred Hitchcok.



La película narra la historia de un reportero fotográfico que obligado a guardar reposo en casa, observa a través de la ventana a sus vecinos. El protagonista, confundido por lo que ve con su cámara cree que uno de los vecinos es el responsable del asesinato de su esposa.

Pero lo que nos interesa no es el argumento de la película sino lo que aparece en ella. A través de una de esas ventanas se observa el interior de una habitación en la que se distingue una acuarela de la Iglesia de Santa María la Mayor de Alcañiz.



Esta acuarela formaba parte de una serie de obras realizadas por el inglés Vernon Howe Bailey para la Hispania Society de Nueva York y cuyo título era Little Know Towns of Spain.


HERÁLDICA II – ESCUDOS NOBILIARIOS

Continuamos con la heráldica que está presente en Alcañiz, y concretamente con los escudos nobiliarios y es que varias son las familias nobles que dejaron su huella en la ciudad.

Los escudos nobiliarios o armas heráldicas eran propiedad y distintivo de un linaje más o menos cargado de historia, según su antigüedad y/o hazañas de la familia.  En Aragón eran propios de los Infanzones.

El origen del término “infanzón” no esta todavía muy claro, si bien es verdad que fue en territorio aragonés donde tuvo un uso más generalizado y fue donde más permanencia tuvo, también se usó en Galicia, Castilla, León y Navarra.
La primera aparición de esta palabra en territorio aragonés tuvo lugar con Ramino I (1035 – 1063), refiriéndose a la gente de clase noble que goza algún tipo de privilegio.

La figura del infanzón, noble aragonés, gozó siempre de un notable influjo social. En tiempos medievales se podían distinguir tres clases de infanzones, los hermunios o hermune, cuya nobleza venía por nacimiento y abolengo; los de carta, que debían su rango a una concesión real; y los de población quiénes habían recibido del Rey una infanzonía colectiva.
La posición privilegiada respecto al resto de la población en Aragón estaba regulada en los Fueros, concretamente el Libro VII de los Fueros de Aragón elaborados en Huesca por Vidal de Canelas, en 1247, por encargo del Rey Jaime I, está dedicado a regular el estatuto jurídico que gozaban los infanzones.

Las armas heráldicas son un elemento importante de los palacios de los Infanzones ya  que constituían el elemento distintivo. Se solían colocar sobre la puerta de acceso pero también se pueden encontrar en los oratorios privados, capillas o en enterramientos.
Las técnicas y soportes son muy variados, pueden ser pintadas, labradas o escupidlas, en muebles, ropajes, tapices y toda clase de objetos de uso personal y ornamental ya que el uso de las armas heráldicas, aunque no era obligatorio para probar la condición de Infanzonía, corroboraban la posesión de ésta.

INFANZONES EN ALCAÑIZ:

Familia Ram


Sobre la familia Ram existe un origen legendario ya que se conoce un "viejo papel" que afirma que era uno de los principales de linajes de la ciudad de Jericó y que fueron perdonados por Josué durante la matanza general. Pero leyendas a parte, la primera noticia documentada de la casa Ram data de 125, en la que aparece ya como noble Don Pedro Ram, oficial del valeroso Don Alfonso I "el Batallador" (1104 - 1134). El Rey, en agradecimiento por su ayuda en la conquista de Alcañiz de 1119 lo nombra primer justicia de la ciudad y la facultad de repartir casas y haciendas entre los conquistadores; desde entonces la casa Ram luce el clásico laurel en campo de oro.


Escudo Familia Ram. Florilegio de Nobles Tierrabajinos
Escudo de la Casa Ram (casa familiar)
Foto: María Julián.
Ya en el siglo XIV destaca la figura del Cardenal Domingo Ram y Lanaja, hijo de Don Blas Ram y Castellón y Doña Aldonza Lanaja, hija de los señores de Morella –de cuyo linaje todavía se conserva la casa solar restaurada en los años 60 por la Diputación Provincial de Castellón, y que actualmente es el hostal Cardenal Ram-.

El nacimiento de Domingo Ram se disputa entre Alcañiz y Morella y debió nacer hacia 1360. Iniciada su vocación eclesiástica por su condición de segundón, su primer cargo eclesiástico es se Prior del Cabildo de la Seo de Zaragoza. En 1410 es nombrado por Benedicto XIII –el Papa Luna- Obispo de Huesca,  y en 1415 de Lérida donde uno de sus vicarios fue Alfonso de Borja, -quién posteriormente sería elegido Papa-. En 1426 el Papa Martín V le concede el cargo cardenalicio y en 1434 es nombrado Arzobispo de Tarragona, participó como embajador del Rey Alfonso V en el Concilio de Basilea. Poco antes de morir, Eugenio IV le nombró obispo de la diócesis suburbicaria de Porto y Santa Rufina y finalmente, murió en Roma el 26 de abril de 1445 en San Juan de Letrán.
Sin embargo, fue su vida política la que le hizo pasar a la historia. Participó en la “Concordia de Alcañiz” el 15 de febrero de 1412 en la que se e designó como  uno de los nueves jueces del “Compromiso de Caspe” junto con su tío Berenguer de Bardaxí- celebrado cuatro meses más tarde y en el que elegirá como sucesor del Rey Martín I a Fernando de Antequera.
En 1415 fue comisionado a Nápoles para ajustar los detalles del matrimonio entre el infante Juan de Aragón y la Reina Juana de Nápoles –boda que no llegó a celebrarse-. En 1416 fue nombrado Virrey de Sicilia junto con Antonio Cardona.


Una rama importante de la familia Ram -y que su escudo está presente en la ciudad- son los Ram de Viu. El primero de este linaje fue Martín Ram de Viu y Cabrero, hijo de Juan de Viu y Ram y de Doña Isabel Cabrero. Don Martin, hizo el trueque de apellidos, ya que los Ram deberían haber sido Viu de Ram, extinguiéndose entonces el linaje de la Casa Ram. Este cambio lo justifica con la igualdad de antiquísima nobleza de ambos linajes. Como decía el lema de los Reyes Católicos "tanto monta, monta tanto". Don Martín adopta las armas de los Ram y las fusiona en un solo escudo partido y medio cortado con las de los Viu.

Escudo Familia Ram de Viu (iglesia de Santa María la Mayor)
Foto: María Julián.
Antigua capilla de la Familia Ram de Viu.
 A.H.P.Z. Archivo Mora.
El linaje de los Ram de Viu continúa hasta nuestros días, siendo el actual Conde de Samitier Don Carlos Ram de Viu y de Sivatte. 

Familia Montañes

   Otra familia noble es la  Familia Montañés de la que se conserva el excepcional documento de la concesión de infanzonía que otorgó el Rey Felipe V en 1743 al alcañizano Francisco Montañés, en el que entre otras informaciones, se habla del escudo de dicha familia: “… un escudo en Campo Rojo, y en el una Montaña blanca al natural, y sobre ella un Castillo de Plata: y en torno del escudo una Orla el Campo azul con perfiles de oro, y en ella ocho Estrellas de oro de ocho Rayos cada una; Sobre el Castillo añadieron después un Lema con Letras de Plata que dice. “Labor assidiuud omnia vincit”…”


Escudo de la Familia Montañés. Libro de concesión de infanzonia de 1743 (A.P.H.A.)
Foto: María Julián




Familia Sierra

   Poca información hemos podido recopilar de esta familia, pero sí un documento fechado en día 20 de diciembre de 1781, en el Archivo Histórico de Protocolos de Alcañiz, el cual nos informa de que se asignó la capilla de San Joaquín a la familia Sierra, concretamente a Doña Bernarda Arcaine, viuda de Don Antonio Sierra, y al canónigo Don José Sierra. Esta capilla se le había concedido en el año 1627 a Melchor Sierra y ahora, tras la edificación del nuevo templo barroco, sus descendientes la vuelven a solicitar. El cabildo le asignó la segunda capillar de la derecha.

Es en este mismo documento en donde se describe el escudo de la familia: "… en dicha capilla no se pueda poner escudo alguno de armas, solo sí en el retablo. Y en este únicamente las antiguas, que son una sierra con su orla y  ornato y sin inscripción alguna…”

Marquesado de San José

Aunque se tiene constancia de un escudo en la actual Calle Mayor correspondiente a la familia de San José, no hemos encontrado información sobre dicha familia.

Según el Elenco de Grandezas y Títulos del Reino, Instituto “Salazar y Castro”, C.S.I.C., el Marquesado de San José es un título nobiliario español creado el 3 de julio de 121 por el Rey Felipe V a favor de Juan Millán de Aragón y Macip, Secretario de la Real Cámara en la Corona de Argón.
Este título, ha sido ostentado posteriormente al apellido Millán de Aragón por titulares con apellido Pedro, y posteriormente por el apellido Moore, hasta llegar a los actuales y últimos titulares los actuales Tamarit. Como curiosidad, hay que nombrar la calle llamada “Teniente Moore”,  que aunque tampoco hemos encontrado referencias al porqué de ese nombre, cabe pensar que tendría relación con el marquesado ya que la casa colindante a esta calle se supone el casón que tradicionalemnte se ha asociado a la familia –donde se dispone el escudo -.

Escudo del Marquesado de San José (Calle Mayor).
Foto: María Julián.
Familia Santa Pau


También contamos con poca información documenta sobre este linaje de infanzones de Aragón en nuestra ciudad. Originarios de Cataluña, de esta familia era Hugo II de Santa Pau, nombrado ricohombre de Aragón en 1359 y confirmado por Juan II de Aragón; su mayorazgo radicaba en Alcañiz y Castelseras.
Sabemos que este linaje se relaciono con el linaje de la Casa Ram.

Ya en el siglo XX se tiene información sobre un miembro de la familia, Julián de Santa Pau, abogado e ilustre personaje que en su muerte quiso ser rememorado renombrando la calle en la que se sitúa la casa familiar –popularmente conocida como de Doña Concha- con el nombre del linaje.

Su escudo es fajado de tres piezas de plata y tres de gules; no obstante existen varias variantes que añaden en escudo partido en palo, al blasón, que va ala izquierda, otro cuarte a a derecha con un pavo real en campo de oro, e incluso otras añaden la cruz de San Andrés sostenida por dos nubes de las que flamean llamas y flanqueada por dos estrellas de oro; o un pavo real con una corona de sinople de laurel. 

Escudo Familia Santa Pau
Bibliografía:


ACÍN FANLO, J.L., Armorial de Aragon, Gobierno de Aragón, 1997.
BRIOSO Y MAYRAL, J., Infanzones Aragoneses, Ibercaja, Zaragoza, 1992.
BUÑUEL LIZANA, J., Galería de alcañizanos ilustres y de destacadas personas populares, Talleres editoriales El Noticiero, Zaragoza, 1959.
CAMPO Y ARDID, del L. Genealogía de la Casa Ram.
GARCÍA CARRAFFA, A. GARCÍA CARRAFA, A., Diccionario heráldico y genealógico de apellidos españoles y americanos, Madrid, 1967.
MARQUEZ DE LA PLATA, V.M; VALERO DE BERNABÉ, L. Nobiliaria española. Origen, Evolución, Instituciones y Probanzas, Prensa y Ediciones Iberoamericanas, Madrid, 1995.
PAZ  PERALTA, J.A. Los Escudos de Armas del Reino de Aragón,  Mira Editores, Zaragoza, 2011.
TABOADA CABAÑERO, E.J., Mesa Revuelta. Apuntes de Alcañiz, Zaragoza, 1898.
VIDIELLA , S., Florilegio de Nobles Tierrabajinos.  Ayuntamiento de Alcañiz, Alcañiz, 1993.
ZAPATER Y SANCHO, P.J. La Thesorera descubierta i vengada de las injurias del tiempo. Antigüedad i Excelencias de la insigne Ciudad de Alcañiz…, Alcañiz, 1704.



martes, 11 de agosto de 2015

De iglesia, pasando por almacén industrial, a refugio de palomas

 La antigua iglesia del Convento de las Madres Dominicas. 

   "...la fábrica es fuerte, pero infringe las normas estéticas…”  Así definía la antigua iglesia del Convento de San Gregorio o de las Madres Dominicas, el cronista local Eduardo Taboada en su obra “Mesa Revuelta” de 1898, cuando hacía apenas veinte años que se había construido la iglesia.
   Se construyó en 1878 por iniciativa de Bartolomé Rudilla  para suplir la necesidad que tenía el convento, ya que durante la Guerra de la Independencia se destruyó la antigua iglesia del siglo XVI. No obstante, estuvo durante poco tiempo dedicada al culto, ya que casi un siglo después, en la década de los años sesenta del siglo XX, debido a la insalubridad del conjunto se construyó un nuevo convento para las monjas, trasladándose éstas en 1964. El edificio pasó a tener un nuevo uso: almacén industrial. 

   La antigua iglesia ha sido utilizada como almacén de un particular hasta hace poco tiempo ya que recientemente ha sido adquirida por el Ayuntamiento pasando a ser propiedad municipal, y con ello, de almacén industrial a “refugio de palomas”.

   En la actualidad su estado es de abandono total.  Esta situación  se debe fundamentalmente a la ignorancia y  falta de sensibilidad, entre otras cosas. Cuando el patrimonio se ve como algo estático, como algo inservible hoy en día, se olvida, se abandona y se destruye. Sin embargo, no debemos olvidar que el patrimonio es algo nuestro, es lo que nos singulariza y cuando lo perdemos estamos perdiendo nuestros puntos de referencia, de raíces y de identidad como pueblo. 

   Según la Carta de Venecia de 1964[1]las obras constituyen por sí mismas un testimonio vivo de una sociedad pasada, y como tal, somos responsables de salvaguardarla frente a las generaciones futuras”. Las obras son el auténtico testimonio vivo de las tradiciones pasadas, son la prueba histórica de un pasado que hemos incorporado a nuestra vida y en ocasiones somos incapaces de valorarlas como tales.


¿A quién le preocupa este espacio histórico del casco antiguo? 
¿Qué vamos a hacer con él?
¿Queremos evitar que se sigan perdiendo las "cosas" de Alcañiz?
  

[1]  También denominada Carta Internacional para la Conservación y Restauración de Monumentos y Sitios. Se trata de un documento firmado en la ciudad de Venecia en 1964 con motivo del II Congreso Internacional de Arquitectos y Restauración de Monumentos y Sitios. En él, se establecen las definiciones de “Monumento histórico”, “conservación” y “restauración” con el principal objetivo de salvaguardar el patrimonio


*  *  *  *  *




Muro de los pies. Muro oeste.
Foto: María Julián.


Torre y lado oeste (zona de los pies del templo)
Se aprecian restos de las antiguas dependencias conventuales.
Foto: María Julián.


Lado norte y torre campanario.
Foto: María Julián.


Coro.
Foto: María Julián.


Detalle de la cubierta.
Foto: María Julián.


Presbiterio.
Foto: María Julián.

Muro de la epístola.
Foto: María Julián.


Segunda capilla lado del evangelio.
Foto: María Julián.

Detalle del pavimento de madera.
Foto: María Julián.

Detalle del pavimento de madera. Al fondo el presbiterio.
Foto: María Julián. 

FUENTES:

Docuemental:

BENITO MARTÍN, FÉLIX., Patrimonio histórico de Aragón. Inventario arquitectónico: Teruel, Departamento de Cultura y Educación, Zaragoza, 1991

CARBONELL DE MASY, MANUEL., Conservación y Restauración de Monumentos. Piedra. Cal. Arcilla, Barcelona, 1993

LAGUENS GONZÁLEZ M. A., Evolución Urbana de Alcañiz, Al-qannis: Boletín del Taller de Arqueología de Alcañiz, Nº7, 1997, Págs. 73-81

MORENO LÓPEZ, L.A., Un estudio previo para la rehabilitación integrada del barrio de Almudines de Alcañiz, Centro de Estudios Bajoaragoneses, Alcañiz, 1984

SEBASTIÁN LÓPEZ, S., Inventario artístico de Teruel y su provincia, Madrid, 1974

TABOADA CABAÑERO, E. J., Mesa Revuelta. Apuntes de Alcañiz, Zaragoza, 1898

Otra:

A.M.A.L., Acta municipal del 29 de julio de 1978, tomo 18, ff. 82v. - 85v. 1876-1878, Ayuntamiento de Alcañiz

Catálogo Artístico, Monumental y Cultural del Bajo Aragón (CAMCBA). Fundación Quílez Llisterri


domingo, 3 de mayo de 2015

En busca del Calvario...

  Si recorremos el Bajo Aragón observamos que en la mayoría de los pueblos hay un monte Calvario más o menos suntuoso. Sin embargo, resulta cuanto menos curioso, que en Alcañiz no haya un Calvario como en el resto de los pueblos de la zona, y es que, ¿nadie se ha preguntado por qué, y si lo tuvo alguna vez? La respuesta es SÍ, aunque en la actualidad no se conserve Alcañiz tuvo un Calvario.

   Se trata de un pequeño montículo que simula el monte Gólgota, lugar donde aconteció la crucifixión de Jesucristo. 
   Los calvarios están recorridos por un camino en el que se realiza el vía crucis mediante catorce estaciones que representan y conmemoran los episodios más notables de la Pasión. Generalmente suelen estar coronados por una ermita.
  
   Numerosos fieles han ido y van en peregrinación a los lugares santos en los que vivió y se desarrolló la actividad de Jesús  y la de los primeros cristianos. No obstante, para rememorar los últimos días de la vida de Jesús sin tener que acudir a Tierra Santa, los franciscanos pusieron en práctica un sucedáneo, propagaron la creación y devoción de los denominados calvarios o vía crucis. Fue en la primera mitad del siglo XVII cuando en España se estableció la configuración de los calvarios con 14 estaciones


Calvario de Alloza
   Todos o casi todos los pueblos de Bajo Aragón tienen un calvario al que cuidan con esmero y mantienen una devoción constante. Y es que en todo el Bajo Aragón existe un profundo arraigo a los misterios de la Pasión de Cristo, como así lo atestiguan numerosas celebraciones religiosas y populares como lo son las procesiones de Semana Santa, los  viacrucis al aire libre,  las cofradías, los tambores, etc.


   ¿Y EN ALCAÑIZ? Todo parece indicar que la localización del monte Calvario alcañizano corresponde a la zona que está entre el actual barrio de San Pascual y la carretera de Castellón y Tarragona. Apenas hay referencias a él, pero sí que se conservan ilustraciones en las que aparece representado. 

   La primera de ellas corresponde al grabado de la vista de Alcañiz de Palomino de 1779. Muestra el aspecto que tenía la ciudad a finales del siglo XVIII, un excepcional documento para la historia. En él se puede observar el monte Calvario cerca de la zona del arrabal, en las inmediaciones de la antigua iglesia de San Juan y del convento de San Francisco.

Grabado de Palomino. 1779
   La segunda ilustración pertenece a un plano de Alcañiz y sus alrededores, que realizó en julio de 1846 el ingeniero militar zaragozano Manuel Vilademunt [Véase Blog "Historias del Bajo Aragón", la entrada del 18 de septiembre de 2012 ].
 Acuarela en la que se muestra una vista de la ciudad desde el Este. En ella se distinguen numerosas construcciones hoy desaparecidas, entre ellas, el "fuerte exterior" ubicado en el cerro de antiguo Calvario.

Vista de Alcañiz. Manuel Vilademunt. 1846
Foto: Blog Historias del Bajo Aragón.
Detalle del "fuerte exterior". Lugar del antiguo Calvario
Foto: Blog Historias del Bajo Aragón

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Detalle de unos posibles escalones.
Foto: María Julián
Lugar del antiguo Calvario en la actualidad.
Foto: María Julián.
Antiguo Calvario en la actualidad
Foto: María Julián.


Bibliografía:

ESCUDER, J., [et. al.] La Semana Santa en el Bajo Aragón: Antología, Centro de Estudios Bajoaragoneses, Alcañiz, 1984.

FERNÁNDEZ MOLINA, A., Vía Crucis, Arzobispado de Zaragoza, Zaragoza, 1991.

GUARDINI, R., [il. de DURERO, A.] Vía Crucis, Rialp, Madrid, 1961.

UBIETO ARTETA, A. y GARRIDO, J. L., Comprender y disfrutar el Patrimonio de Aragón, Mira Editores, Zaragoza, 2010.

Webgrafía:
http://www.franciscanos.org/oracion/viacruz00.htm


jueves, 19 de febrero de 2015

HERÁLDICA I – EL ESCUDO CIVIL

   Antes de conocer rincones, historias y curiosidades de Alcañiz, se debe empezar por lo principal, por aquello que define y representa a la ciudad: su  escudo civil. Y es que, ¿sabemos cómo y por qué es así? ¿conocemos e identificamos todos los lugares de la ciudad en los que aparece el escudo? En esta primera entrada Patrimonio INvisible nos lo da a conocer.

¿Qué es? El escudo civil es el signo de identidad por antonomasia. Identifica, personifica y distingue un municipio o región entre otras ya que en sí mismo encierra una determinada simbología que se relaciona con la historia, tradiciones y connotaciones propias del lugar. Es la condensación y plasmación de esos valores en una representación pictórica o jeroglífica. Se podría definir  como un emblema distintivo.

¿Por qué? Desde siempre el hombre ha tenido la necesidad y deseo de distinguirse entre sus semejantes y los escudos o armas, han dado solución a tal necesidad ya que desde el siglo XII han servido como testimonio de la excelencia de una persona o comunidad.

Proceso. El fenómeno de adopción por los ayuntamientos españoles de emblemas heráldicos tiene su origen en los siglos XIV y XV, mediante las concesiones y otorgamientos reales de privilegios o fueros a las villas y ciudades, en aplicación en las costumbres del derecho medieval. Desde el siglo XVI al XVIII era costumbre asimilar los blasones de los linajes de nobleza que estuvieran en relación con los señoríos. A partir del siglo XIX la creación de armas municipales vienen reglamentadas por la Orden Ministerial del 30 de aogsto de 1840 del entonces ministerio de la gobernación.

Hoy. En la actualidad todavía se pueden apreciar en distintos soportes, como en las banderas nacionales, insignias militares o civiles, e incluso son empleados por las sociedades deportivas.  Son utilizados como signos de identificación, como sellos, y funcionan igual que los logotipos de las principales firmas comerciales.

Estamos acostumbrados a verlos en las ciudades por todas partes, en sus sellos postales, en sus documentos oficiales, en los folletos turísticos e incluso aparecen en el mobiliario urbano y es que, en numerosas ocasiones los escudos –a veces simplificados o tomando únicamente algún elemento- se han convertido en los logotipos y “marcas personales” de las ciudades. Si bien, no se hace extraño ver por las calles y rincones de Madrid al oso con el madroño, la flor de lis en Florencia, la sigla SPQR en Roma, el NO DO en Sevilla y qué decir del león en Zaragoza. Lo mismo ocurre en Alcañiz, lo que se ha convertido en el logo de la ciudad es el elemento principal de su escudo, la caña.

Madrid, Florencia y Roma

Sevilla, Zaragoza y Alcañiz
                                                                                                  
    ESCUDO  de ALCAÑIZ:  
Escudo actual
El escudo de Alcañiz está compuesto por varios elementos, entre los que se encuentran: las cañas, las barras en campo de oro, el castillo, la corona real y las ramas de olivo.

Posiblemente su origen se sitúe en el siglo XII aunque  existen dudas sobre las fechas en las que se incorporan los distintos elementos.

Existen varias teorías de cronistas locales, como la de A. Gutierrez que afirma que el primer blasón de la villa fue concebido por Alfonso VII con la intención de tener  a los alcañizanos de su parte en el proceso de sucesión de su cuñado, Alfonso I. Por su parte, Dominico Ramón cree que que fue otorgado por Alfonso II el Casto en 1168, cuando dispuso en Alcañiz la realización del recinto amurallado. Aunque se desconozca el aspecto de este primer emblema del municipio el cronista y notario alcañizano P.J. Zapater cuenta en su Thesorera, escrita hacia 1680, basándose según él en cronistas anteriores, el primer escudo se componía de tres cañas entrelazadas.

LAS CAÑAS:
El principal y primigenio elemento son las cañas. Son varias las hipótesis que hablan sobre su origen. En primer lugar podrían hacer referencia al yacimiento de Ercávica, ya que se encontraron en el yacimiento arqueológico de Alcañiz el Viejo diferentes monedas de Ercávica en las que se representan las cañas, y por otros razonamientos que añade el cronista local E.Taboada. Este símbolo podría ser alusivo al mito del dios Pan y la ninfa Eco. Sin embargo hoy en día esta teoría está más que desechada ya que Ercávica se encuentra en Cuenca.

Podrían ser también una asociación con las cañas o Cañizares que existían en el núcleo primigenio tardorromano de la localidad, Alcañiz el Viejo. Otra hipótesis plantea la posibilidad de que las cañas aludan a la toponimia islámica de municipio, Al-Qannis. Confirma la relación entre el topónimo “qannis” y a palabra cañizo. Esta parece la teoría más certera.

Este elemento es el que mejor representa al municipio y es el único que siempre aparece –incluso en solitario– en todos los escudos y emblemas que hasta la fecha conocemos.

BARRAS EN CAMPO DE ORO:
Moneda 1186.
Pinturas góticas. Castillo calatravo.
El segundo elemento que se incorpora al escudo son las barras en campo de oro. Las barras representan el antiguo símbolo empleado por los reyes de Aragón como distintivo personal y posteriormente linaje. El primer testimonio del uso de las barras se data a finales del siglo XII, con Alfonso II, figurando en las gualdrapas del caballo, en su escudo y en el pendón de su lanza. Posteriormente se ampliará a los territorios de la antigua Corona de Aragón.

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Según G. Fatas y G. Redondo, el emblema de las barras puede inspirarse en la vinculación del reino de Aragón con la Santa Sede –el vasallaje de Sancho Ramírez con el Papa–,  adoptando los colores rojo y oro propios de los cordones –lemniscos–  que pendían de los sellos papales.


Constituían las armas de dignidad de la Corona de Aragón y con el paso del tiempo, fueron sinónimo de libertad e independencia de los municipios o familias del régimen señorial de feudos, órdenes religiosas o militares… Este es el caso de su incorporación al escudo de Alcañiz.

La inclusión está bien documentada en 1383 cuando el infante Don Juan –en tiempo de Pedro IV el ceremonioso– ordena que se dispongan en el sello y armas de la villa para recalcar la jurisdicción real sobre los señoríos municipal –el concejo de la villa– y el feudal –la Orden de Calatrava–.

CASTILLO:
El castillo hace referencia al construido en el cerro de Pui Pinos por la Orden de Calatrava en el siglo XII. La incorporación de este elemento al escudo se data en diferentes fechas, según diversos autores en 1283, aunque según Zapater no se generaliza hasta 1383. Sin embargo se puede constatar que la incorporación del castillo no aparece hasta 1592.

CORONA REAL:
La corona como ornamento situado encima de los escudos se utiliza para distinguir los distintos grados de nobleza titulada. Proviene de Francia desde donde se introdujo a la península a través de los reinos de Aragón y Navarra, generalizándose en el siglo XV.

En el caso del escudo de Alcañiz la corona que se representa es real abierta, y debe hacer referencia al antiguo reino de Aragón y a su señorío sobre la villa. Su incorporación no está claramente documentada aunque dado los ejemplos conservados, es de suponer que la corona real se incorporó entre 1667 y 1724, sin saber el año preciso ni los motivos por los que el concejo alcañizano decide su inclusión en el escudo.

RAMAS DE OLIVO:
Por último, en la segunda mitad del siglo XIX se incorporan dos ramas de olivo a ambos lados. Aluden y simbolizan la importancia del cultivo del olivo en la zona.

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A continuación, se exponen las imágenes de los escudos civiles que aparecen dispersos por la ciudad. Aparecen ordenados según la incorporación de los distintos elementos que lo conforman. 

1- Mojón de delimitación
2- Clave de un antiguo arco de la ciudad.
3- Ménsula de la torre gótica.
4- Arranque de un arco gótico de la lonja
5- Escudo. Ángulo de la Lonja con la calle Mayor
6- Clave del pórtico de la iglesia de Santa Lucia
7- Escudos. Portal del antiguo convento de las Monjas Dominicas
8- Escudo del Paseo Andrade
9- Escudo Lonja

10- Escudo Lonja
11- Escudo fachada Ayuntamiento. 1724
12- Escudo fachada iglesia de los Escolapios

13- Escudo en la fachada de la excolegiata Santa María la Mayor. 1773
14- Escudo fuente de los 72 caños. 1884


15- Escudo antiguo depósito de agua. Actual sala de exposiciones
Plano. A.M.A.L., sign 1801 y 3575-1

16- Escudo antiguas escuelas del Cuartelillo.
Plano. A.M.A.L., sign 2205-1


BIBLIOGRAFÍA:

BENAVENTE SERRANO, J.A; LOMBARTE, A., El escudo de Alcañiz, sus orígenes y evolución, Al-qannis: Boletín del Taller de Arqueología de Alcañiz, Nº7, 1997, Págs. 73-81

PAZ  PERALTA, J.A. Los Escudos de Armas del Reino de Aragón,  Mira Editores, Zaragoza, 2011.

TABOADA CABAÑERO, E.J., Mesa Revuelta. Apuntes de Alcañiz, Zaragoza, 1898.

THOMSON LLISTERRI, T., Iglesia de Santa María la Mayor de Alcañiz, Centro de Estudios Bajoaragoneses,  Alcañiz,2006.


ZAPATER Y SANCHO, P.J. La Thesorera descubierta i vengada de las injurias del tiempo. Antigüedad i Excelencias de la insigne Ciudad de Alcañiz…, Alcañiz, 1704.