La antigua iglesia del Convento de las Madres Dominicas.
"...la fábrica es fuerte, pero infringe las normas estéticas…” Así definía la antigua iglesia del Convento de San Gregorio o de las Madres Dominicas, el cronista local Eduardo Taboada en su obra “Mesa Revuelta” de 1898, cuando hacía apenas veinte años que se había construido la iglesia.
Se construyó en 1878
por iniciativa de Bartolomé Rudilla para
suplir la necesidad que tenía el convento, ya que durante la Guerra de la
Independencia se destruyó la antigua iglesia del siglo XVI. No obstante, estuvo
durante poco tiempo dedicada al culto, ya que casi un siglo después, en la
década de los años sesenta del siglo XX, debido a la insalubridad del conjunto se
construyó un nuevo convento para las monjas, trasladándose éstas en 1964. El
edificio pasó a tener un nuevo uso: almacén industrial.
La antigua iglesia ha
sido utilizada como almacén de un particular hasta hace poco tiempo ya que
recientemente ha sido adquirida por el Ayuntamiento pasando a ser propiedad
municipal, y con ello, de almacén industrial a “refugio de palomas”.
En
la actualidad su estado es de abandono total. Esta situación
se debe fundamentalmente a la ignorancia y falta de sensibilidad, entre otras cosas. Cuando el patrimonio se ve como
algo estático, como algo inservible hoy en día, se olvida, se abandona y se
destruye. Sin embargo, no debemos olvidar que el patrimonio es algo nuestro, es
lo que nos singulariza y cuando lo perdemos estamos perdiendo nuestros puntos
de referencia, de raíces y de identidad como pueblo.
Según la Carta de
Venecia de 1964[1]
“las obras constituyen por sí mismas un
testimonio vivo de una sociedad pasada, y como tal, somos responsables de
salvaguardarla frente a las generaciones futuras”. Las
obras son el auténtico testimonio vivo de las tradiciones
pasadas, son la prueba histórica de un pasado que hemos incorporado a nuestra
vida y en ocasiones somos incapaces de valorarlas como tales.
¿A quién le preocupa este espacio histórico del casco antiguo?
¿Qué vamos a hacer con él?
¿Queremos evitar que se sigan perdiendo las "cosas" de Alcañiz?
[1] También denominada Carta Internacional para la Conservación y Restauración de Monumentos y
Sitios. Se trata de un documento firmado en la ciudad de Venecia en 1964 con
motivo del II Congreso Internacional de Arquitectos y Restauración de
Monumentos y Sitios. En él, se establecen las definiciones de “Monumento
histórico”, “conservación” y “restauración” con el principal objetivo de
salvaguardar el patrimonio
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Muro de los pies. Muro oeste.
Foto: María Julián.
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Torre y lado oeste (zona de los pies del templo) Se aprecian restos de las antiguas dependencias conventuales. Foto: María Julián. |
Lado norte y torre campanario. Foto: María Julián. |
Coro. Foto: María Julián. |
Detalle de la cubierta. Foto: María Julián. |
Presbiterio. Foto: María Julián. |
Muro de la epístola. Foto: María Julián. |
Segunda capilla lado del evangelio. Foto: María Julián. |
Detalle del pavimento de madera. Foto: María Julián. |
Detalle del pavimento de madera. Al fondo el presbiterio. Foto: María Julián. |
FUENTES:
Docuemental:
BENITO MARTÍN, FÉLIX., Patrimonio histórico de Aragón. Inventario arquitectónico: Teruel, Departamento de Cultura y Educación, Zaragoza, 1991
CARBONELL DE MASY, MANUEL., Conservación y Restauración de Monumentos. Piedra. Cal. Arcilla, Barcelona, 1993
LAGUENS GONZÁLEZ M. A., Evolución
Urbana de Alcañiz, Al-qannis: Boletín del Taller de Arqueología de Alcañiz,
Nº7, 1997, Págs. 73-81
SEBASTIÁN LÓPEZ, S., Inventario artístico de Teruel y su provincia, Madrid, 1974
TABOADA CABAÑERO, E. J., Mesa Revuelta. Apuntes de Alcañiz, Zaragoza, 1898
Otra:
A.M.A.L., Acta municipal del 29 de julio de 1978, tomo 18, ff. 82v. - 85v. 1876-1878, Ayuntamiento de Alcañiz
Catálogo Artístico, Monumental y Cultural del Bajo Aragón (CAMCBA). Fundación Quílez Llisterri